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20071226

Television, la droga de las naciones


La televisión es el lugar donde la búsqueda de la felicidad se ha convertido en la búsqueda de trivialidades, donde la pasta de dientes y los coches se han convertido en objetos sexuales, donde se aspira a controlar la imaginación de los niños mediante un pezón de rayos catódicos. La televisión es su única nodriza.

La primera vez que escuché esa guitarra sampleada en plan Chuck Berry me quedé impresionado. Este es un gran tema. Un tema cargado de lírica, expresividad, ritmo y sentido crítico. Curioso que en este blog se empiece a hablar de repente de hip-hop, pero no será la última vez. 










El hip-hop, denostado género por causa de su horterización vía regeton, es un estilo que en su momento dio muchos momentos de gloria. Entre otros, este Television de Disposable Heores of Hiphoprisy (1991), brillante por su ritmo jazzístico, sus guitarras neuróticas y especialmente por su letra mordaz y lapidaria. Este grupo fue el primero que formó Michael Franti (líder de Spearhead) y tuvo una duración efímera. Con posterioridad hicieron un álbum con letras de William Burroughs, contando incluso con la colaboración de este.

Hace más de diez años que el ordenador sustituyó a la televisión dentro de las preferencias de entretenimiento. Incluso antes de que existiera Internet, sentarse frente a la computadora para escribir, dibujar o simplemente jugar era preferible que tragarse los telebodrios de turno. La tele, en cambio, supone tu anulación como individuo, pone tu cuerpo y tu mente en stand-by... Por un rato, eres un ente suspendido en la inopia.

Había otros vídeos dedicados a este tema, pero le he dedicado un trabajadísimo peterclip:

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20071216

Berlín 1973


Uno de los mejores discos de la historia del rock.

Suenan unos compases desganados de piano. Un hombre musita sobre el fúnebre fraseo un doloroso lamento. Sobre el abatido y abúlico telón se elevan de pronto unas voces que celebran un cumpleaños. El happy birthday to you tiene una duración efímera. Ha sido tan sólo una explosión de alegría extemporánea, un contrapunto que no tiene continuidad en el tiempo. La letanía vuelve a cubrir el mundo con su manto de desilusión y tristeza. Aparece Caroline. Primero canta una canción alegre. Luego ya no es lo mismo. Ella necesita un hombre, no tan sólo un chico. Ella es su reina, pero le trata de forma cruel. Cuando toma speed, todos sus amigos la llaman… ALASKA!

Hace tanto frío en Alaska. Hace tanto frío en el desamor… Puedes golpearme cuanto quieras con tu fingida indiferencia. No voy a continuar amándote. Sólo he tenido un poco de ti y me siento tan solo. ¡Oh, chica de un sólo día! Ella escuchó la música del bar y dijo: NO NO NO. Un lobo y una zorra sólo pueden tener un amor imposible. Los hombres afortunados a menudo causan la caída de grandes imperios. Los pobres no pueden hacer nada: tan sólo beber y llorar.

Oh Jim! Ella es tan sólo una gata de callejón, cargada de odio hasta las cejas. ¿Cómo pudo tratarte de esa manera? Ella sabe que rompió tu corazón. Ella sólo sabe buscar a través de los ojos del odio. Ella sólo conoce su propio ego. Ella sólo se ama a si misma. Suena una canción triste. Un nuevo día amanece. Es sólo un día igual que el anterior. Suenan unos compases tristes de piano. Alguien celebra su cumpleaños… Estoy en Berlín. En la cama. En medio de la bruma. Este es el lugar donde soñamos. Este es el lugar donde ella hacía reposar su cabeza. Este es el lugar donde concebimos nuestros hijos; el lugar donde dormimos y morimos... No hay redención para nuestros sueños destrozados.

AVISO PARA NAVEGANTES: El texto está inspirado en las letras del disco. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.
 
En 1973 Lou Reed sacó al mercado la que sería su obra maestra: "Berlín", un álbum en el que quedaba meridianamente clara su adicción a las drogas, en especial a la heroína. Aunque física y moralmente hundido, Lou había sacado álbumes como el anterior "Transformer" donde hay temas de la altura de "Walk on the wild side" o el supremo "Satellite of love". Berlín era una obra conceptual, típica de la época, donde todas las canciones, más o menos, seguían un guión. Una obra introspectiva donde su autor volcaba todos sus horrores interiores. Una canción triste para unos tiempos tristes. Este tema The bed es el horror convertido en canción. Es dulce como la adormidera y cruel como una navaja clavada en la nuca. Prestad especial atención a los cantos gregorianos desentonados del final del tema. Ponen los pelos de punta. ¿Nunca probaste la heroína? No es necesario: él lo expresó todo en una sola canción

20071202

The Interns | I got something to say

Es uno de los muchos grupos que salen en esas  recopilaciones de los 60. Dejaron su tema para la posteridad y desaparecieron del mapa. Todo lo que he podido averiguar de ellos es que eran de Oniontown, Ohio [aunque al parecer había otro grupo del mismo nombre en País de Gales] y que grabaron este fantástico I've got something to say en 1967 para un sello llamado Eastwood. No ha sido posible encontrar ninguna otra referencia potable en Internet.

Si escucháis el tema podréis captar toda la grandeza del rock'n'roll americano de mediados de los sesenta. The Interns debieron sacar uno o dos singles que sólo son conocidos gracias a recopilaciones como Back from the grave, donde, si os dáis cuenta, reconocen que en un momento de la historia, la música que hoy conocemos como "garaje" se conoció como 60's Punk. Para mi, un tema como este se basta por si sólo con las dos estrofas del estribillo: