Buscar en este blog

20180213

La era del country melancólico

A principios de los años 70's, se vivía la resaca del hippismo. Fue una época gris llena de canciones country plagadas de melancolía. Fue un clímax de limpio romanticismo made in USA. Los músicos ya no eran rudos rockeros productores de ruido psicodélico. Que va. Se habían civilizado mucho y ahora eran jipis bien peinaos que se lavaban el pelo a diario. 

En España mismo, la atmósfera sureña campaba a los cuatro vientos cardinales. Sólo nos faltaban una cuantas vacas y un sombrero de cowboy.
Esto era lo que molaba...
Las canciones ñoñas procedentes de las estepas polvorientas de los Establos Unidos invadían el éter. A la memoria viene James Taylor con Fire and Rain o Carole King, en compañía del anterior, con You've got a friend. A la onda se subió Neil Young, con su genial álbum de 1972, Harvest. Canciones inolvidables como Old Man o Heart of gold fueron antológicas. Las chicas de larga pelambrera y lánguida mirada tenían un protagonismo especial. Una era Joni Mitchel y, la otra, la bella -quizás bellísima- Emmylou Harris.

20180208

Luis Milán: de pavanas y gallardas

Para quien no lo sepa, los reinos de la Península Ibérica eran una gran potencia en el Renacimiento. Una gran potencia musical, me refiero. Hay toda una hilera de nombres surgidos del territorio que actualmente es España que inundaron con su música la Europa de su tiempo. 

Uno de esos grandes artistas fue Luis de Milán, de quien se conoce poco sobre su vida y mucho sobre su música. Seguramente nació en la década final del siglo XV y murió sobre 1565. Sus pavanas y gallardas constituyen una delicia para el oído y una apabullante muestra de buen gusto. Además, fue un innovador de las artes musicales, al ser  uno de los primeros en dar instrucciones para marcar el tempo. 

La música de Milán viajó por la Europa de su tiempo, desde Portugal a Italia, aunque probablemente vivió toda su vida en Valencia. Fue conocido como Lluís del Milà, Lluís Milà, Luys Milán, Luis Milán o Luys de Milán. Su obra más reseñable es el Cancionero del Duque de Calabria. Su instrumento era la vihuela, una suerte de guitarra que también se tocaba con arco. 

Intérpretes modernos, como el inigualable Jordi Savall y la Capella Reial de Catalunya han resucitado la música de Luis de Milán cinco siglos después. [a ver si Michael Jackson tiene tanta suerte]